Cuando una mascarilla es de buena calidad, se debería poder poner por todo el cabello incluso tocando el cuero cabelludo sin que éste sea alterado con brotes de picor, ni exceso de grasa.
Muchas personas con el cuero cabelludo y el cabello graso temen aplicarse mascarillas para el tallo por miedo a aumentar la producción sebácea y con razón, por eso es importante consultar antes de aplicar cualquier producto y tener presente sus ingredientes.
Evitar gran cantidad de siliconas que aportan mucha sedosidad, pero poco más.
Y lo más importante, aclarar bien para que no queden obstruidos los folículos capilares.
Para ello debemos elegir mascarillas con componentes neutros y bien cargadas de vitaminas, para que no solamente nos den sedosidad, si no que alimenten nuestro tallo capilar desde la raíz hasta las puntas y no temamos a engrasarlo.