El clima más seco y el agua salada benefician un poco al cabello graso o con tendencia al exceso de sebo que a tu cabello seco, ya que estos factores resecan el cuero cabelludo y reducen la producción de sebo.
En cambio, los cabellos con tendencia a la sequedad en su raíz no salen bien parados con el verano. ¿Y por qué pasa esto? Pues hay distintos factores, entre ellos el estacional como pilar principal.
Un cabello seco sufre mucho más en verano a causa del clima, el viento, el exceso de exposición solar al cual lo sometemos… Si a eso sumamos el agua salada, los cloros y otros químicos de las piscinas, el exceso de lavados por aquello de lavarlo cada día a causa del sudor, la playa, etc., lo castigamos más que en otras épocas del año.
También existen otros factores que lo pueden resecar en exceso como el factor nervioso, el estrés o la ansiedad, que pueden resecar en exceso el cuero cabelludo generando descamación y rojeces.
Además, hay que tener presente el factor nutricional, ya que en verano tendemos a una dieta un poco menos equilibrada donde faltan vitaminas, y también los agentes químicos y tratamientos agresivos sobre el cuero cabelludo. Si a todos estos factores sumamos el uso excesivo e incorrecto de secadores, planchas, tenacillas… Todavía aumentamos más la sensación de sequedad.