Existen diferentes factores tanto internos propios como adquiridos por elementos externos, que alteran nuestro tallo capilar. En ocasiones, un cabello quebradizo, débil y sin brillo, puede ser reflejo de un factor interno como falta de vitaminas. En estos casos, es importante, revisar el estado de la raíz. Si la raíz presenta un bulbo anémico, asfixiado o seroso, estamos ante una falta de vitaminas y oxigenación por todo el cabello y el aspecto es débil y sin brillo debido a esta falta de vitaminas que no llega desde la raíz hasta las puntas.
Por otro lado, está el factor adquirido por elementos externos, es decir, una persona puede tener un bulbo sano pero por distintos factores adquiridos por agentes externos, su cabello es poroso y sin brillo. Aquí entran más en juego el uso de champús inadecuados y excesivamente detergentes, decoloraciones o tintes agresivos, cepillados intensos con cepillos inadecuados, exceso de Sol o aguas marinas o tratadas, etc.